La granja de búfalos Ohař es la primera granja lechera de búfalos de la República Checa. Desde 2015, Anna, junto con su marido Alex, produce productos lácteos ecológicos de alta calidad, como leche, kéfir, yogur y queso. Todos los productos se procesan en su propia y pequeña quesería. La mayor parte de la producción se vende a través de la agricultura de proximidad. El resto se destina a los clientes estables de los alrededores, a su tienda de comestibles con cero residuos y a la tienda cooperativa de colaboración. Además de cultivar, Anna trabaja a tiempo parcial como asesora agrícola, lo que les ayuda a cubrir los problemas de liquidez de la granja.
Nombre: Anna Page.
Año de nacimiento: 1981.
Sexo: Mujer.
Formación: Tiene un Máster en Agricultura General por la Universidad Checa de Ciencias de la Vida de Praga. Ha asistido a varios programas de formación para consultores acreditados del Ministerio de Agricultura.
Ocupación: Anna es agricultora y trabaja a tiempo parcial como asesora agrícola.
Localización de la finca: Ohař 5, Mirovice 398 04.
Superficie de la finca en ha: 23,45 (18,64 ha en propiedad, 4,81 ha arrendadas).
Descripción de la finca: Tras trabajar en la administración durante varios años, Anna y su marido Alex decidieron dejar sus trabajos y comprar una granja en 2015. Cuando terminaron la reconstrucción de los establos y la construcción de la pequeña fábrica de queso, compraron el primer rebaño de 8 búfalos y empezaron su nueva vida como productores de leche. En la actualidad, su rebaño está formado por 23 búfalas. Las reses se ordeñan y toda la leche se procesa en la granja. Entre sus productos lácteos, todos con ecoetiqueta, podemos encontrar leche, kéfir, yogur y queso. Alex trabaja a tiempo completo en la granja, y Anna dedica aproximadamente el 60% de su tiempo a las tareas agrícolas. El resto del tiempo trabaja como asesora agrícola.
Su principal canal de venta es la agricultura de proximidad: alrededor del 80-90% de su producción se entrega cada dos semanas a sus clientes en forma de paquetes prepagados. Los productos también se venden directamente a los clientes en la granja, en una tienda de comestibles con cero residuos y en la tienda de la cooperativa colaborativa.
La principal dificultad relacionada con la financiación es el problema de la tesorería de la explotación, que pone en peligro su desarrollo. Por ejemplo, actualmente se enfrentan al dilema de elegir entre invertir en instalaciones adicionales para su quesería (centrifugadora, batidora…), en tecnología en los establos (iluminación, nuevas puertas) o en maquinaria (cuadriciclo eléctrico, transportador de ganado). Estos problemas de tesorería se deben principalmente a los elevados costes iniciales y, en el caso de las subvenciones a proyectos, a la necesidad de financiar los gastos por adelantado. Para cubrir los gastos, el agricultor se endeuda, es decir, tiene que pedir un préstamo al banco o a un inversor privado. El reembolso de la subvención puede tardar hasta 4 años. La situación con los préstamos bancarios/los inversores privados era completamente diferente en 2016/2017. Entonces las negociaciones iban bien y no era un gran problema pedir financiación. Hoy en día, hay una gran incertidumbre en los mercados bancarios debido a la crisis de la Covid. Los inversores privados quieren devolver los fondos invertidos y los bancos no tienen mucha voluntad de prestar. Debido a las obligaciones derivadas de las solicitudes de proyectos, tienen que operar durante al menos 5 años más. El éxito del proyecto depende de que consigan consolidar la deuda. Esto último depende de la voluntad del banco de ayudarles con los pagos a los inversores privados. Por tanto, las subvenciones del proyecto agravan los problemas de tesorería de las pequeñas explotaciones que empiezan. Sin los ingresos complementarios del otro trabajo de Anna, la granja no sería operativa en absoluto.
Por otra parte, en la agricultura de apoyo comunitario el pago lo hacen los accionistas por adelantado: los productos se “venden” antes de que se produzcan realmente, de modo que no hay riesgo de que sobren.
Los agricultores también venden sus productos a través de la tienda cooperativa “Obživa”. Esta tienda funciona según el principio del llamado grupo de compra de los consumidores, es decir, se financia con la inversión inicial y las cuotas mensuales de los socios, no genera ningún beneficio y se omite la intermediación. Así, el surtido se vende a precios de coste sin margen, lo que permite a los consumidores obtener alimentos frescos de calidad a precios más bajos y, por otro lado, garantizar precios más altos a los productores.
Los agricultores están considerando cooperar con una tienda de comestibles en línea y con servicios de entrega de alimentos en el futuro. Además, están pensando en el micromecenazgo. Su objetivo a largo plazo es promover la agricultura regenerativa (sistema de principios y prácticas agrícolas que busca rehabilitar y mejorar todo el ecosistema de la granja, con especial énfasis en la salud del suelo) y convertirse en una de las primeras granjas con cero emisiones de carbono.
“Hoy en día existe una red relativamente amplia de organizaciones sin ánimo de lucro que se dedican a poner en contacto a agricultores y consumidores. Por ello, recomiendo consultar los planes relacionados con la producción de alimentos en las granjas con estas ONG.”
Experiencias de formación y lagunas: Aparte de su formación universitaria, que le ayudó a aumentar sus conocimientos sobre temas agrícolas, Anna no recibió ninguna formación específica útil para la gestión de la explotación. Anna y Alex aprenden principalmente sobre la marcha. Sin embargo, para ambos agricultores fue muy relevante la experiencia de sus anteriores trabajos como oficinistas, en los que Anna se introdujo en las subvenciones agrícolas checas en el Ministerio de Agricultura y Alex trabajó como diplomático para la Comisión Europea.
Están muy preocupados por el cambio climático. Para inspirarse en cómo cultivar de forma sostenible, Ana sigue los ejemplos de varias explotaciones agrícolas que se desarrollan en el extranjero, especialmente en el ámbito de la agricultura regenerativa.
Consideraciones finales: El gran reto es la falta de tiempo. Como Anna depende de su otro trabajo a tiempo parcial para ayudar a la financiación, no puede dedicar todo su tiempo a trabajar en la granja. La gestión general de la explotación con el procesamiento de la leche en la granja es casi imposible de manejar con sólo dos personas disponibles.
Para los empresarios principiantes con producción propia, la financiación y la venta de productos a través de la agricultura de proximidad podrían ser muy adecuadas y ofrecer la garantía de que se venderá casi toda la producción de la explotación. Desde el punto de vista de los agricultores principiantes, al principio no hay tiempo para la correcta comercialización de los productos propios, sin la cual es imposible venderlos. Un modelo de agricultura apoyada por la comunidad (CSA) podría ayudar mucho, porque hay un compromiso mutuo entre el productor y el cliente. Sin embargo, incluso este sistema tiene sus imperfecciones.
La gran baza en el caso de Anna y Alex es, sin duda, la producción de productos de buena calidad con etiqueta ecológica no tradicional.
Además, quieren demostrar que se pueden producir alimentos cuidando el medio ambiente. El micromecenazgo podría ser, por tanto, una herramienta adecuada para obtener apoyo financiero y, al mismo tiempo, difundir la concienciación.
