La granja Lukava es una explotación familiar agroecológica a pequeña escala situada en el norte de la República Checa y propiedad de Jana y Martin Rosenbaum. Su actividad principal es el cultivo de verduras ecológicas con el uso de caballos. Además de caballos, también tienen gallinas. Su visión de la agricultura incluye un enfoque responsable de la naturaleza y un énfasis en la alta calidad de sus productos. Promueven la agricultura comunitaria y el uso de caballos en la práctica agrícola. Además, cooperan con otros socios en actividades educativas, sociales y de otro tipo, para las que han recurrido a la financiación en forma de micromecenazgo.
Nombre: Martin Rosenbaum.
Año de nacimiento: 1976.
Sexo: Hombre.
Formación: Martin tiene un Máster en Agricultura por la Universidad de Bohemia del Sur, en České Budějovice. Para desarrollar sus actividades agrícolas se inspiró con varias prácticas estudiantiles realizadas en granjas del extranjero (en Canadá, en Nueva Zelanda). También participó en el proyecto europeo Bond, que se centra en el papel de los agricultores y gestores de la tierra en el marco de los planes de sostenibilidad ambiental y económica.
Ocupación: Agricultor.
Localización de la finca: Jindřichovice pod Smrkem 198, Jindřichovice pod Smrkem 463 65.
Superficie de la finca en ha: 39 ha.
Descripción de la finca: Hace unos 15 años, Martin y Jana Rosenbaum se trasladaron al norte de Chequia para iniciar su vida en la granja. Al principio, se centraron en la cría de ovejas y produjeron carne y productos lácteos que se procesaban en su propia pequeña fábrica de queso de granja.
En 2017, los agricultores abandonaron el lugar original y cambiaron el enfoque de la granja al cultivo de verduras orgánicas con el uso moderno de caballos. Además de la cría de caballos, también crían gallinas ponedoras. El principal canal de venta de la granja es la agricultura apoyada por la comunidad, lo que significa que los productos se venden directamente al cliente final, sin largas cadenas de distribución.
Jana y Martin son los únicos trabajadores a tiempo completo de la granja, aunque siempre reciben ayuda de sus cinco hijos.
Como quieren transmitir su experiencia a otras personas interesadas en la agricultura, Jana y Martin ofrecen prácticas de larga duración en su explotación. Los becarios representan, por tanto, una mano de obra adicional en la explotación. Además de la producción de cultivos y animales, llevan a cabo muchas otras actividades y cooperan con otros agricultores, diversas ONG, estudiantes y otros socios. También organizan eventos para la comunidad local, los amigos, los accionistas de su entidad de agricultura comunitaria y el público en general.
Tras varias experiencias con el mercado de agricultores, la venta de productos en la explotación, el suministro a tiendas ecológicas y otros, decidieron unirse a una entidad de agricultura de apoyo comunitario y vender sus productos a los accionistas de su grupo. Ahora consideran que este canal de venta es la mejor forma de distribución de su producción. En el futuro les gustaría aumentar el número de sus accionistas.
La situación financiera general de la granja es actualmente estable.
Junto con dos ONG, están construyendo un nuevo centro educativo llamado “Konipas”. Este proyecto debería conectar en el futuro una ecogranja productiva con el uso moderno de caballos y un centro de formación para los ecoagricultores que comienzan su negocio. A través de una campaña de micromecenazgo recaudaron el dinero que sirvió para comprar una caravana para alojar a los aprendices.
Una parte de las tierras de cultivo se vendió y posteriormente se alquiló a largo plazo a la ONG “Fundación para el suelo” (Nadace pro půdu). Los fondos obtenidos de esta venta se reinvirtieron en la creación del centro educativo. Parte del acuerdo de arrendamiento con la fundación es el derecho a seguir gestionando la tierra arrendada, lo que significa que los agricultores obtuvieron financiación adicional para otras actividades y, al mismo tiempo, mantuvieron el espacio para llevar a cabo sus actividades agrícolas.
La incorporación del trabajo social será otro aspecto importante de su granja en el futuro, ya que Martin y Jana quieren crear también un lugar para personas con desventajas sociales o de salud.
“Hay que procurar el contacto directo con los clientes. Vemos la sostenibilidad financiera en una estrecha conexión con las personas, en compartir beneficios y riesgos y en la solidaridad.”
Experiencias de formación y lagunas: Uno de los aspectos más relevantes para la gestión de una granja de este tipo es la capacidad de cooperar con los demás y la voluntad de dialogar con la gente. En el proceso de reconstrucción de la granja en la nueva ubicación fue especialmente valiosa la colaboración con otras organizaciones con los mismos objetivos: la gestión sostenible de la tierra, la producción ecológica de alimentos de calidad y la educación ecológica y medioambiental. Todas sus actividades están relacionadas con las personas, la comunicación, el intercambio y el aprendizaje.
Junto con el desarrollo de la granja, podría ser útil la formación, especialmente en la gestión de las finanzas y los recursos humanos.
Consideraciones finales: Al tratarse de una pequeña empresa, Jana y Martin luchan continuamente contra la falta de financiación necesaria para la inversión, lo que también se aplica a la preinversión de los fondos del Programa de Desarrollo Rural que, por tanto, son inalcanzables para ellos. A lo largo de los años, obtuvieron varios préstamos sin intereses de la Asociación de Criadores de Ovejas y Cabras de la República Checa, de la que eran miembros, de la Asociación de Agricultores Ecológicos PRO-BIO y de otros agricultores para invertir en su quesería. Aunque los fondos obtenidos pueden ayudarles a cubrir partidas individuales, siempre fueron cantidades parciales (alrededor de 100.000 CZK).
Un gran reto es el acceso a la tierra y, en consecuencia, la incertidumbre financiera, que se superó en parte gracias a la cooperación con la ONG aliada, que les proporcionó tanto financiación como tierras para las actividades agrícolas en condiciones justas.
La agricultura comunitaria les garantiza unos ingresos seguros y les hace ganar tiempo. En el futuro planean ampliar su base de accionistas.
Como el método de micromecenazgo ha demostrado ser eficaz y es probablemente la única forma de financiar su proyecto de granja educativa, están planeando buscar más donaciones de forma similar.
