Guía resumida

Conociendo…

El contexto europeo

A través de esta guía conoceremos la situación actual de la financiación innovadora en la agricultura familiar en Europa. La guía comienza con una introducción general al sector agrícola en Europa, seguida de una visión general del sector financiero para la agricultura. Concluye con una sección dedicada a la formación financiera de los agricultores y un análisis DAFO.

 1. INTRODUCCIÓN

Los países de la Unión Europea mantienen la heterogeneidad entre sus estructuras de producción, sus cultivos, su clima y sus paisajes agrícolas. Sin embargo, todos ellos tienen que hacer frente a algunos desafíos comunes en los próximos años, como el aumento de la competitividad en un mercado mundial, la preservación del medio ambiente con una producción más sostenible, la adaptación a nuevas tecnologías y formas de producción, la adaptación a las demandas del mercado, la incertidumbre de los precios y las condiciones climáticas, todo ello con una rentabilidad inestable y precaria.

Además de estos desafíos, el sector tiene ciertas peculiaridades desde el punto de vista de la gestión de cobros y pagos. Por ejemplo, los largos ciclos de producción que generan retrasos temporales entre los gastos necesarios para producir y los ingresos obtenidos de la producción. Además de una producción cada vez más dependiente de las condiciones climáticas, lo que aumenta la percepción de incertidumbre.

Estas características estructurales plantean desafíos de financiamiento diferentes con respecto a otros sectores. Por un lado, las necesidades de tesorería a corto plazo para hacer frente a los gastos de explotación y, por otro, las necesidades de inversión para adaptarse a los desafíos del futuro a largo plazo, aconsejan recurrir a las herramientas de financiación disponibles en nuestro sistema financiero.

Sin embargo, a pesar de ser conscientes de esta necesidad, los agricultores no tienen una comprensión clara de las opciones financieras, lo que limita su disposición a hacer uso de ellas, refugiándose en la obtención de subsidios como forma preferente de financiación.

Sólo los países con estructuras de producción más exigentes en cuanto a grandes inversiones, con menos explotaciones agrícolas familiares a favor de las empresas agrícolas, mantienen coeficientes de endeudamiento más elevados y tienen un mayor acercamiento y conocimiento de los conceptos e instrumentos financieros tradicionales.

Los nuevos productos financieros y las formas más innovadoras de financiación no han llegado aún a la mayoría de los agricultores, que prefieren acercarse a las formas más tradicionales de financiación.

Sin embargo, no todos los agricultores pueden acceder a la financiación a través de los canales habituales, ya que los requisitos impuestos por las instituciones financieras a veces no tienen en cuenta la realidad del sector agrícola. Este factor es importante, ya que limita el acceso, pero también la voluntad de los agricultores de dirigirse a las instituciones financieras como proveedores habituales.

Por esta razón es importante aumentar la cultura financiera a través de la formación,dando recursos para poder evaluar otras opciones de financiación menos restrictivas,  ya sea a través de formas asociativas o con nuevas estructuras legales, existen esas formas alternativas e innovadoras que pueden ayudar al sector agrícola a afrontar los retos del futuro.

2. SECTOR AGRÍCOLA

En las “Estadísticas sobre agricultura, silvicultura y pesca” (Comisión Europea, 2018)se esbozan las principales tendencias del sector agrícola europeo, basadas en la  última recopilación de datos de la Encuesta sobre la estructura de las explotaciones agrícolas de 2016. Las principales tendencias son:

  • En 2016 había 10,5 millones de explotaciones agrícolas en la Unión Europea (UE) y el número de explotaciones ha disminuido considerablemente durante muchos años.
  • La agricultura sigue siendo una actividad predominantemente familiar: en 2016, el 96% de las explotaciones agrícolas de la UE eran explotaciones familiares.
  • La mayoría de las explotaciones agrícolas de la UE son pequeñas por naturaleza: dos tercios tenían menos de 5 hectáreas de superficie (Fig.1).
Figura 1: Total de la SAU agrícola por Estado Miembro en 2015 (Promedio por granja en ha)
  • Las explotaciones agrícolas de la UE pueden caracterizarse en general como i) explotaciones de semisubsistencia, ii) pequeñas y medianas explotaciones o iii) grandes empresas agrícolas.
  • Las explotaciones agrícolas de la UE utilizaron 173 millones de hectáreas de tierra para la producción agrícola en 2016, lo que representa alrededor del 39% de la superficie total de la UE.
  • Alrededor de 246.000 granjas tenían alguna superficie ecológica en 2016. Esta cifra era aproximadamente una quinta parte más alta que en 2013.
  • La agricultura ecológica cubría 12,6 millones de hectáreas de tierras agrícolas en 2017.
  • Una cuarta parte (25,1 %) de todas las granjas de la UE eran granjas ganaderas especializadas en 2016 y poco más de la mitad (52,5 %) eran granjas de cultivos especializados.
  • Alrededor de 9,7 millones de personas trabajaban en la agricultura en la UE en 2016.
  • Los agricultores suelen ser hombres y relativamente mayores; el 71,5% de los agricultores eran hombres en 2016 y sólo uno de cada diez (10,6%) tenía menos de 40 años en 2016.
  • En 2018 se invirtieron 59.000 millones de euros en capital agrícola en la UE, lo que supone un aumento estimado de 2.300 millones de euros con respecto a 2017.
  • Hay variaciones considerables en los precios y arrendamientos de las tierras agrícolas entre los Estados Miembros y dentro de ellos (Fig. 2).
Figura 2: Tierras arrendadas como proporción del total de la SAU por región de la FADN en 2015 (Participación media en %)
  • En algunos casos, puede haber una contradicción entre los sistemas agrícolas más productivos y competitivos (cultivos industriales) y el mantenimiento de sistemas de producción éticos (respetuosos con el medio ambiente, el bienestar de los animales y la protección del clima).
  • La solución de estas posiciones conflictivas definirá el futuro de la estandarización de la producción ecológica como el sistema de producción predominante.
  • El futuro del campo estará vinculado al cambio climático y a la conservación del suelo, por lo que es importante adaptar las explotaciones agrícolas a las limitaciones futuras.
  • El sector agrícola está empezando a experimentar una revolución, se espera un mayor nivel de innovación, tecnificación y complejidad en el futuro, por lo que se requiere un cambio de mentalidad.
    Será necesario aumentar el perfil profesional y los conocimientos con más capacitación, desarrollo de nuevas aptitudes, pero permitiendo el asesoramiento sobre aspectos técnicos, burocráticos y financieros.

Es necesario desarrollar más iniciativas de cooperación y representación de los intereses comunes de los agricultores, a fin de generar mayores ingresos, para asegurar la rentabilidad y la sostenibilidad futura de las explotaciones agrícolas a mediano y largo plazo.

  • Entre los expertos se citó comúnmente la necesidad de mejorar los procesos de comercialización de los productos, asegurar precios competitivos, reducir los costos de producción con una mayor mecanización del sector, aumentar la diversificación de los recursos de ingresos agrícolas y, sobre todo, mejorar la calidad de los productos y la diferenciación para el consumidor aumentando el valor añadido percibido.
  • La agricultura tiene que responder a la demanda de los consumidores de productos más sanos, manteniendo formas de gestión y manejo que respeten el medio ambiente y el paisaje.
  • La elevada edad media del sector agrícola limita el cambio y existe un excesivo conservadurismo. Es necesario definir los procesos de sucesión para facilitar la renovación generacional, permitiendo así oportunidades para los jóvenes agricultores.
  • El sector ganadero corre un mayor riesgo, desde el punto de vista de la competitividad, que el sector de la producción vegetal.
  • Muchos de esos desafíos están vinculados a la agricultura de uso intensivo de capital, que tendrá que financiarse con recursos externos, dado el nivel inferior previsto de los pagos de la PAC, que afectará a la situación de la deuda de muchas explotaciones.
  • Los niveles de rentabilidad son desiguales entre los agricultores (Fig. 3-5). Muchas explotaciones no son rentables debido a su pequeño tamaño y/o al mantenimiento de los sistemas y estructuras tradicionales, que no las hacen competitivas en comparación con las explotaciones profesionales de mayor tamaño.
Figura 3: FNVA por UTA por Estado Miembro en 2015 (Media en EUR)
Figura 4: FNVA por UTA por región de FADN en 2015
Figura 5: FNVA por UTA por tipo de cultivo en 2015 (En EUR por UTA)
  • La mayoría de las explotaciones agrícolas de Europa pertenecen a agricultores individuales o familiares, su estructura de costos y beneficios suele ser deficitaria, por lo que tienen que perder parte de su remuneración como trabajadores autónomos. Esta relación es peor en las zonas con dificultades naturales y productivas. Pero, en cambio, es mejor cuando el tamaño de la explotación es mayor o tiene actividades adicionales (multifuncionalidad) como fuente de ingresos (Fig. 6).
Figura 6: FNVA por UTA por grupo de la UE y forma de organización de la celebración en 2015 (En EUR por UTA)
  • Aparte de la estructura de las explotaciones agrícolas propiamente dichas y su eficiencia en el uso de los medios de producción, la gran dependencia de las materias primas, así como el bajo valor de los productos agrícolas, coloca a las explotaciones agrícolas en posiciones delicadas, obligándolas a tener una alta productividad, siendo muy eficientes en cuanto a costos, y muy dependientes de las subvenciones de la PAC de la UE (30% del FNVA en la UE-28).
  • Los bajos precios de los productos agrícolas están limitando las posibilidades de crecimiento, mejora y adaptación de muchas explotaciones agrícolas que tienen dificultades para cubrir sus costos de producción.
  • Desde el punto de vista financiero, es importante adaptar las inversiones para que generen ingresos, buscando al mismo tiempo soluciones cooperativas (asociación, arrendamiento o subcontratación) para no adquirir posiciones de deuda elevadas.
  • La financiación es un factor clave para la actividad agrícola. Los largos períodos de producción, los ingresos diferidos, la elevada variabilidad interanual de la producción y la necesidad de emprender proyectos de inversión obligan a los agricultores a disponer de fuentes de financiación adecuadas.
  • Las necesidades de financiación de los agricultores se basan en dos marcos temporales (Fig.7):
    • A corto plazo: para cubrir el déficit de liquidez entre los gastos y los ingresos futuros derivados de los rendimientos de los cultivos y los pagos directos de la PAC. La gestión del flujo de efectivo se hace esencial para hacer frente a las estrategias especulativas o a las malas cosechas debidas a un clima adverso, lo que hace necesario contar con productos financieros específicos. En este sentido, son comunes los pagos por adelantado de cosechas, los pagos anticipados de la PAC, las políticas de crédito, el factoraje y la confirmación.
    • A largo plazo, para cubrir las inversiones destinadas a la creación de nuevas explotaciones agrícolas o la mejora de las existentes (compra de maquinaria, adquisición de terrenos o mejora de instalaciones), lo que requiere productos específicos con una amortización financiera que oscila entre 5 y 15-20 años. En este caso, los préstamos personales e hipotecas son los más comunes.
Figura 7: Proporción de préstamos a largo y corto plazo por explotación, por Estado miembro, en 2015 (% medio por explotación en EUR)
  • Las necesidades de financiación también dependen del tipo de actividad que se lleve a cabo:
    • En el caso de las explotaciones agrícolas centradas en la producción vegetal (por ejemplo, colza, cereales), la mayoría de las veces nos encontramos con dificultades en lo que respecta a los préstamos de explotación debido a la desigualdad del flujo de caja. La insuficiente producción de almacenamiento también es un problema para estos productores.
    • El préstamo de grandes unidades de inversión en la producción ganadera se utiliza para generar recursos para la compra de tierras y la adquisición de máquinas (sistemas) innovadoras en la producción de cultivos (Fig.5).
    • En el caso de las granjas familiares, hay necesidades de inversión para acortar las cadenas de suministro (ventas o procesamiento de la producción, plantas de corte de carne, fábricas de queso, etc.).
  • La evolución de los precios del mercado agrícola en los últimos años ha consumido las reservas de liquidez de muchos agricultores, lo que los hace susceptibles de utilizar productos financieros para cubrir su capital de explotación durante el año o durante ciclos más largos.
  • Para cubrir estas necesidades, los agricultores encuentran fórmulas de financiación adaptadas con tipos de interés subvencionados muy bajos, más bajos que en otros sectores. Estamos hablando de tipos fijos al 2% y de tipos variables del Euribor + 1,5-2 p.p. Incluso hay casas comerciales de maquinaria que ofrecen formas de financiación al 0% de coste financiero.
  • Sin embargo, y a pesar de esta oferta de financiación, una buena parte de estas necesidades de financiación se cubren mediante subvenciones y ayudas, principalmente las procedentes de la Política Agrícola Común (PAC), pero también de fuentes autonómicas, regionales, provinciales e incluso municipales (Fig.8-10).
Figura 8: Proporción de los pagos directos al FNVA por Estado Miembro en 2015 (proporción media en %)
Figura 9: Proporción de pagos directos al VNA por región de la FADN en 2015 (proporción media en %)
Figura 10: Proporción de los pagos directos al FNVA por tipo de explotación agrícola en la UE-28 en 2015 (proporción media en %)
  • El nivel de deuda de cada país (Fig. 11) depende del perfil del agricultor y del tipo de cultivo, la relación media entre pasivos y activos se aproxima al 16% en las explotaciones agrícolas de la UE. Las explotaciones de los países de la periferia y del sur de Europa, con un número relativamente grande de explotaciones familiares, mantienen en promedio coeficientes de deuda más bajos en comparación con el total de activos. Esto se explica por el hecho de que tienen perfiles de deuda más conservadores y adversos y, por otra parte, mantienen peores puntuaciones que dificultan el acceso a la financiación externa.
Figura 11: Composición de las obligaciones por explotación agrícola por Estado Miembro y por nivel de endeudamiento en 2015 (Promedio por granja en EUR)
  • En los países con un enfoque más empresarial, definidos como aquellos con explotaciones agrícolas más grandes en los que las inversiones están aumentando de manera significativa y los procesos de financiación han ido creciendo en los últimos años, hay mayores coeficientes de deudores (Fig. 12-14) y la asunción de más riesgos. Por esta razón, en países como Alemania, un tercio de las explotaciones agrícolas están experimentando dificultades financieras, lo que está generando un aumento de la morosidad.
Figura 12: Promedio de la relación entre pasivos y activos por explotación agrícola por región de la FADN en 2015 (promedio por explotación agrícola en euros)
Figura 13: Relación entre pasivos y activos de las explotaciones agrícolas en la UE-28 por tipo de explotación en 2015 (Promedio del porcentaje por explotación en EUR)
Figura 14: Composición de los pasivos por explotación en la UE-28 por tipo de explotación en 2015 (Promedio por explotación en euros)
  • Debido a la presión económica y a la situación descrita anteriormente, por supuesto que los plazos de amortización y la escasa liquidez dan lugar, en promedio, a plazos más largos del préstamo en comparación con otros sectores empresariales.
  • Los procesos de financiación se vinculan para demostrar una capacidad suficiente para generar ingresos, garantías y/o avales suficientes. Las instituciones financieras deben proteger su cartera de pasivos, por lo que la normativa exige que las instituciones financieras realicen estudios de riesgo y evalúen a sus clientes sobre la base de criterios de calificación y puntuación normalizados. Algunas dificultades o limitaciones para acceder a la financiación, surgen de la posibilidad de satisfacer los requisitos de generación de ingresos y rentabilidad:
    • Las regiones o países con mayores dificultades de producción (limitaciones de agua, suelo, monte, etc.) o con estructuras de producción deficientes (pequeño tamaño, gestión tradicional y extensiva, etc.) mantienen niveles de rentabilidad más bajos, lo que dificulta su capacidad de generar márgenes netos suficientes para acceder a la financiación de terceros.
    • Los jóvenes y los recién llegados se enfrentan a muchos problemas, como: experiencia insuficiente, falta de historial de crédito, menor capital social y barreras para acceder a la financiación externa (especialmente si no tienen suficientes garantías y avales).
    • Algunos modelos fiscales estiman el margen neto como una proporción de los ingresos totales. Este régimen fiscal tiene por objeto beneficiar fiscalmente al agricultor, pero reduce sus posibilidades de endeudamiento al considerar que los ingresos netos son inferiores a los realmente recibidos.
    • En otras ocasiones, la búsqueda de ahorros fiscales ha llevado a los agricultores a distribuir sus ingresos entre los miembros de la familia. Esto implica la reducción de la capacidad de generación de ingresos individuales, así como la posibilidad de solicitar financiación para toda la explotación.
    • Esta misma búsqueda de ahorro fiscal ha llevado a los agricultores en los sistemas de estimación directa a asignar volúmenes excesivos de gastos para reducir sus márgenes netos, lo que también limita su capacidad para obtener préstamos de las instituciones de crédito.
  • Muchas entidades han tenido que diseñar sistemas de medición alternativos a la norma a fin de justificar la idoneidad de los agricultores para la concesión de financiación, con valoraciones más realistas que las contempladas desde un marco fiscal.
  • La actividad agrícola está llena de riesgos que pueden repercutir en la producción agrícola y ganadera, en su valor de mercado y, en última instancia, en la rentabilidad de las explotaciones. Por ello, a falta de otras garantías, muchos bancos exigen la contratación de un seguro agrícola de rendimiento para proporcionar financiación. Esto hace que dicha financiación sea más costosa.
  • Las instituciones financieras suelen ofrecer modelos de financiación que no cubren más del 70% de la inversión, por lo que el agricultor debe tener la capacidad de cofinanciar el objeto de la compra. Para muchos agricultores que están empezando, este modelo de financiación es difícil de asumir. Incluso si se les han concedido subsidios, deben financiar el 30% de la inversión sin saber cuándo recibirán el importe del subsidio, asumiendo el 30% del capital inicial más la amortización del capital financiado y sus intereses.
  • Las opciones para aumentar la rentabilidad a través de los ingresos, en los últimos años, han provenido del aumento de la productividad y el desarrollo de nuevas actividades. Por otra parte, ni la evolución de los precios ni la evidencia del cambio climático parecen favorecer el aumento de la rentabilidad del sector. Esta perspectiva conlleva una dificultad adicional en la capacidad de acceso a la financiación de
    terceros, vinculada a la capacidad de generar ingresos, sobre todo si la comparamos con la evolución de otros sectores más estables y rentables, que atraen más interés de los potenciales inversores.
  • Aunque hay excepciones y el escenario está cambiando, en algunos países la financiación está muy centrada en entidades financieras que siguen procedimientos de evaluación centralizados y estandarizados. Estas entidades no tienen en cuenta la realidad del sector agrícola, sin la capacidad de adaptar sus productos a las necesidades de financiación de las explotaciones agrícolas.
  • En la actualidad, como resultado de COVID-19, aunque el objetivo general no es aumentar el índice de endeudamiento, se exige la financiación y las garantías públicas como canal de financiación preferente para todos los sectores, pero nos encontramos con una gran competencia para acceder a estos limitados instrumentos de financiación.
  • Este tipo de financiación pública también es evaluado por dos entidades: por un lado, la entidad pública que solicita el presupuesto de financiación y, por otro, la evaluación de la entidad financiera que actúa como distribuidor de esa línea de financiación. Esta doble evaluación dificulta aún más el acceso a estas líneas.
  • Las entidades valoran positivamente el hecho de que parte de la inversión se pague con fondos propios o que la inversión tenga capacidad para pagar la amortización de la financiación y generar beneficios a corto plazo. Si esto no ocurre, es necesario justificar un plan de negocios, para lo cual hay que pensar muy cuidadosamente para no fallar en la solicitud de financiación o en la ejecución del proyecto.
  • Las entidades también valoran los proyectos desarrollados en fases, que cubren el crecimiento por etapas y que distribuyen las necesidades de financiación a medio y largo plazo.
  • Los países y regiones cuyas condiciones climáticas y estructuras de producción dificultan la rentabilidad de las explotaciones agrícolas tienen más dificultades para acceder a la financiación tradicional. Es en esas explotaciones agrícolas donde puede tener más sentido el uso de formas de financiación no tradicionales e innovadoras, así como de formas cooperativas y asociativas.
  • Los problemas de morosidad son poco frecuentes en el sector agrícola. Las características conservadoras y la capacidad de ahorro de los agricultores permiten que muchas inversiones se financien mediante el copago de fondos propios y/o subvenciones públicas. Además, muchos agricultores suelen tener activos que ofrecen suficiente garantía, ya que pueden liquidarse más fácilmente que los bienes inmuebles urbanos.

En 2019 se publicó el informe “Encuesta sobre las necesidades financieras y el acceso a la financiación de las empresas agrícolas de la Unión Europea”, basado en una encuesta realizada en toda la Unión Europea por fi-compass con 7.600 agricultores de 24 Estados miembros de la Unión Europea.

Según ese informe, el acceso a la financiación, especialmente a los préstamos bancarios, era fundamental para el 12,2% de todos los agricultores que los utilizaban para hacer inversiones y el 10,4% utilizaba los préstamos bancarios para el capital de explotación (Fig.1).

Figura 1: Países de la UE en los que los agricultores tienen problemas de acceso a la financiación de las inversiones y al capital de explotación. Fuente: FICOMPASS, 2019

Había importantes diferencias entre los Estados Miembros (Fig.2). El acceso a la financiación fue particularmente problemático en Grecia (más de la mitad de las explotaciones agrícolas tuvieron dificultades para acceder a la financiación en 2017) y en Estonia, Hungría, Lituania, Bulgaria y Portugal. Por otra parte, para las explotaciones agrícolas de Polonia, Suecia, Italia y Austria, el acceso a la financiación fue menos difícil que para la UE-24, en promedio.

Figura 2: Porcentaje de explotaciones agrícolas que experimentaron dificultades el año anterior. Fuente: FICOMPASS, 2019
  • En general, los entrevistados afirmaron (3.57/5) que los agricultores consideran sus explotaciones como económicamente sostenibles; sólo que en el caso de España y Bélgica la afirmación está más matizada.
  • A pesar de esta consideración, es evidente que existe un descontento general (1,63/5) entre los agricultores con los precios en los mercados agrícolas.
  • Desde el punto de vista de los costes, los agricultores están generalmente satisfechos (3,07/5 con su estructura de costes (España, Suecia, República Checa, Bélgica), y en el caso de Italia su percepción de la eficiencia es mayor. Sólo Alemania considera sus explotaciones como ineficientes.
  • En general, parece haber algunos problemas (2,3/5) para hacer frente a los pagos de los insumos agrícolas, con Alemania, Suecia y Bélgica que parecen tener más dificultades que otros países.
  • Los agricultores, conscientes de las incertidumbres que caracterizan a su sector, no están plenamente preparados (2,8/5) para los desafíos que se avecinan. Alemania e Italia parecen estar mejor preparados, mientras que Suecia parece tener peores perspectivas.
  • Con excepción de Alemania, todos los países parecen ser conscientes de que pueden necesitar (2,48/5) financiación externa para soportar las presiones económicas sobre sus explotaciones. A pesar de ello, salvo Italia, no están muy entusiasmados (3,21/5) con la cuestión de si necesitarán más financiación en el futuro. Esto es posible porque tienen cierta planificación financiera (3,07/5).
  • Mientras que Alemania, Belgica y España afirman que su capacidad de evaluación de las inversiones puede mejorarse, Suecia, República Checa e Italia se sientes bastante capaces de evaluar las inversiones (3,27/5).
  • En todo caso, salvo República Checa, todos consideran que no están cubiertos por todos los riesgos que pueden afectar a su actividad (2,6/5).

En conclusión, los agricultores consideran que sus explotaciones son económicamentesostenibles con cierta planificación financiera. Si bien reconocen que pueden mejorar  sus estructuras de costes, a pesar de los bajos precios, también reconocen las dificultades para pagar los insumos a corto plazo y que no están cubiertos por los posibles riesgos y desafíos asociados al sector. Esto los hace conscientes de la necesidad de financiación externa, pero son cautelosos en cuanto a seguir este camino en el futuro.

I Estructura de la explotación por país (bar chart)

3. SECTOR FINANCIERO PARA LA AGRICULTURA
  • Aunque depende del perfil de cada empresa relacionada con la agricultura, en general y con la excepción de la ayuda pública de la UE, hay una falta de conocimiento entre los agricultores sobre los conceptos e instrumentos de financiación tradicionales, y más aún sobre los instrumentos innovadores o no comunes. Si los conocimientos son escasos, podemos decir que el uso de esos instrumentos también es escaso.
  • La historia reciente de las instituciones financieras, durante la crisis de 2008, ha generado cierta desconfianza hacia estas instituciones y los nuevos productos que ponen a disposición de los ciudadanos y los empresarios.
  • Los complejos procesos burocráticos, la creciente solicitud de documentación y la percepción de la supervisión a través de las instituciones financieras, también limitan el enfoque y la confianza en los bancos.
  • Según el perfil del agricultor, hay una falta de conocimiento y un cierto desinterés por los nuevos instrumentos de financiación disponibles. Los agricultores tienden a mostrar más interés y confianza en los productos tradicionales que ya conocen, como las líneas de crédito y los préstamos.
  • Esta desconfianza y falta de conocimientos a la hora de solicitar financiación hace que muchas explotaciones no evolucionen, limitando su capacidad de crecimiento y condenándolas a mantener estructuras cada vez menos competitivas y rentables.
  • Los agricultores desconocen la existencia de líneas de financiación protegidas por entidades públicas como el ICO o el SAECA, en España, o el ISMEA en Italia. Eso les ofrece opciones de financiación del 100% del capital a unos tipos de interés muy competitivos y con garantías públicas que avalan la operación. Estas condiciones, junto con los seguros agrarios, son impensables en otros sectores, que tienen mayor acceso a la deuda con peores condiciones.
  • Los perfiles de los agricultores más jóvenes, así como los de los agricultores profesionales y las cooperativas con un enfoque empresarial orientado al control de los ingresos y los gastos, son los que muestran más interés y suelen estar más cerca de la financiación tradicional.
  • Como se examinó en la sección anterior, los instrumentos de financiación más conocidos y utilizados, a corto y largo plazo, son los anticipos de cosecha, los anticipos de la PAC, la línea de crédito, el factoraje, la confirmación, los préstamos personales y los préstamos hipotecarios.
  • Se recomienda encarecidamente buscar apoyo profesional en el ámbito de la financiación: sus condiciones básicas (tipo de interés, duración, hipotecas), así como su significado para la empresa (papel del inversor/banco, derechos del inversor/banco, etc.) como se describe en el cuadro de instrumentos de financiación.
  • La disposición de los agricultores a utilizar la financiación no agrícola depende del perfil. Por ejemplo, los jóvenes empresarios, debido a la falta de capital, suelen acceder a la financiación y adoptar formas de gestión que buscan la eficiencia. Los agricultores cuya única fuente de ingresos es la agricultura tienen acceso a la financiación para hacer crecer sus explotaciones y evolucionar. Las cooperativas y las grandes empresas agrícolas hacen un uso muy intensivo de los instrumentos de financiación para cubrir sus necesidades de flujo de efectivo y mejorar sus instalaciones.
  • Los agricultores tradicionales sólo invierten si pueden utilizar sus propios fondos o fondos públicos (hasta el 80% y con amortización de la financiación a corto plazo). En muchos casos, debido a la avanzada edad de los agricultores, el pequeño tamaño de las explotaciones, su escasa cultura financiera, su aversión al riesgo y la desconfianza en el sector financiero, nos encontramos con una baja disposición a utilizar la financiación externa si no es absolutamente necesaria. Sin embargo, el agricultor tiene acceso a la financiación pero a través de los canales tradicionales.
  • En el caso de formas nuevas o alternativas de financiación, cualquiera que sea el perfil del agricultor, deben ser más cuidadosos porque puede no haber ninguna entidad pública o bancaria que garantice la operación. Y en todo caso, las condiciones de reembolso o de participación del inversor estarán presentes y deberán cumplirse.
  • En general, el conocimiento de los instrumentos financieros es muy escaso en el sector agrícola (2,27/5), y Alemania lo reconoce con mayor claridad, posiblemente porque es uno de los países más acostumbrados a utilizar la financiación de terceros y, por lo tanto, conoce mejor la dificultad de la provisión de fondos.
  • Sólo Bélgica, República Checa y Suecia reconocen que es común tomar decisiones basadas en criterios financieros, mientras que el resto de los países mantienen otros criterios para sus procesos de toma de decisiones (2,71/5).
  • Con excepción de Alemania, todos los países tienen una idea aproximada (3.07/5) de dónde acudir para obtener asesoramiento financiero, siendo nuevamente Bélgica, Suecia y República Checa los mejor situados a este respecto.
  • Entre los países hay cierta disparidad con respecto a las donaciones como forma preferida de financiación. Mientras que Italia y República Checa expresan esta preferencia, Suecia y Alemania no comparten esta opinión. Es probable que en estos países, dado su mayor poder adquisitivo, el número de subsidios no sea suficiente para cubrir el volumen de las inversiones necesarias.
  • La predisposición de los agricultores a las formas tradicionales de financiación (4.23/5) es evidente, especialmente en Alemania y Suecia con una calificación de 5/5, seguidas de cerca por República Checa, Bélgica e Italia con 4/5, y por último España 3,5/5, más cercana a modalidades de financiación cooperativa.
  • A pesar de ello, los productos financieros no se perciben como correctamente adaptados (2,4/5) a las necesidades del sector agrícola. Y las formas de financiación nuevas y más innovadoras no han llegado claramente a muchos agricultores (3/5); sólo Alemania y España muestran una mayor proximidad a ellas (>3/5).
  • En general, el acceso a la financiación no parece ser fácil (2,39/5), incluso en los países más acostumbrados a la financiación con fondos externos como Alemania (3/5).
  • Las nuevas formas de financiación no se han acercado lo suficiente a los agricultores, lo que hace disminuir su predisposición hacia ellas (2,87/5); sólo Alemania muestra una actitud positiva (5/5).

Para concluir, el criterio financiero no parece ser el principal para la toma de decisiones, por lo que no hay mucho conocimiento de los conceptos, productos o posibles asesores. Algunos países prefieren las subvenciones, pero los que creen que esto no es suficiente necesitan explorar otras formas de financiación. Las modalidades tradicionales son las más conocidas y utilizadas, mientras que las nuevas e innovadoras formas de financiación no han llegado aún a la mayoría de los agricultores.

II Conocimientos y necesidades financieras (bar chart)

4. FORMACIÓN FINANCIERA PARA LOS AGRICULTORES

Los trabajadores del sector agrícola en general no tienen una formación profesional formal, lo que no limita su producción sino su capacidad de adaptación a los retos del futuro. Por ello, la formación en este sector es vital hoy en día.

Hoy en día, los profesionales están acreditados con títulos en Agronomía o Formación Profesional Agrícola. También es posible gestionar una explotación agrícola con cursos para el acceso a becas de puesta en marcha para jóvenes agricultores. Pero también es importante adquirir otros conocimientos, competencias y habilidades.

CONOCIMIENTOS DE GESTIÓN FINANCIERA
GENERACIÓN DE MODELOS DE NEGOCIO - GESTIÓN EMPRESARIAL
GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN
HABILIDADES Y CAPACIDADES
  • La formación financiera en programas de capacitación agrícola parece ser un tema importante (2,07/5). Este es el programa de capacitación peor calificado de la encuesta. Excepto República Checa (3,5), el resto de los países muestra una importante carencia en este ámbito.
  • Además, los temas de financiación agrícola suelen estar vinculados (3.6/5) a programas de formación para la obtención de subvenciones (Jóvenes Agricultores, Modernización, etc.).
  • Aunque la capacitación, además de ayudar a los agricultores a obtener subvenciones, debería contribuir a mejorar la evaluación de las inversiones (3,7/5), crear y comunicar planes de negocio (3,57/5), además de gestionar el flujo de efectivo (3,43/5), crear cobertura para garantizar los beneficios (3,40/5), manejar los instrumentos de gestión financiera (3,33/5) y crear ratios para la gestión (3.20/5).

Para concluir, parece apropiado mejorar la formación formal, la formación vocacional agrícola, la educación agrícola universitaria o la formación de adultos en el ámbito laboral. Esto mejorará la gestión financiera de las explotaciones agrícolas, mejorando el conocimiento de los conceptos y productos financieros y aportando fondos alternativos para facilitar la financiación a todos los agricultores europeos. Este es el objetivo de este proyecto.

III Formación en financiación agrícola en tu país (bar chart)

5. ANÁLISIS SWOT